La lava del volcán de Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma sigue fluyendo al mar en la zona de acantilados de Tazacorte y ha comenzado a formar un delta, que ha ganado al mar unas diez hectáreas, después de haber entrado en una fase efusiva con una emisión más rápida y fluida.
Se mantiene el confinamiento de cuatro núcleos de población mientras se estudia si el contacto de la lava con el agua genera gases nocivos para la salud y las autoridades han recomendado mantenerse a una distancia de al menos 2,5 kilómetros.
La superficie de la isla de La Palma afectada por la lava asciende ya a 476 hectáreas y las infraestructuras dañadas son 981, 855 en su totalidad y 126 de forma parcial, según informa el Departamento de Seguridad Nacional este jueves.
La fase de alternancia de pausa y de ligera actividad eruptiva en la que ha entrado el volcán no supone necesariamente que la erupción vaya a detenerse, por lo que los técnicos y científicos siguen analizando cada dato para detectar posibles novedades.
La erupción ha obligado a desalojar por el momento a unas 6.000 personas, muchos de los cuales han perdido sus casas y negocios.