El Gobierno de Castilla-La Mancha ha reivindicado un Día Internacional de las Mujeres que «nos haga ver el mundo más allá de lo que son nuestras propias realidades». Un 8 de marzo que es «necesario» y que no significa renunciar al resto del año, sino «tomar impulso para seguir trabajando los otros 364 días».
Así lo ha defendido la consejera de Igualdad y portavoz, Blanca Fernández, durante su intervención en el acto institucional del 8M celebrado en Almansa, y en el que ha manifestado que le gustaría «que no fuera necesario el 8M y que se convirtiera en una conmemoración», sin embargo es «un día reivindicativa que nos recuerda que hay aún muchas cosas por hacer».
Y es que, tal como ha argumentado la consejera, «basta mirar más allá de la propia vida para saber que es necesario continuar con las políticas de igualdad que, de manera transversal y bajo el liderazgo de Emiliano García-Page, viene desarrollando el Gobierno de Castilla-La Mancha».
Fruto de estas políticas, ha dicho la consejera, es que, «aunque el paro femenino sigue superior al de los hombres, en Castilla-La Mancha se ha reducirlo en 14,5 puntos gracias a las medidas de la Consejería de Economía, lo que tiene que ver con la perspectiva de que el empoderamiento de las mujeres, la emancipación, la libertad y la igualdad pasan muchas veces por la independencia económica». En el ámbito social, Blanca Fernández ha citado la importancia de recursos públicos para las mujeres, sobre todo el sistema de la dependencia.
En el campo de la investigación y la ciencia, la consejera ha puesto en valor que mientras que en España la media de proyectos de investigación liderados por mujeres es del 16 por ciento, en la región alcanzan el 32. Y si se analizan los proyectos de investigación financiados por el Gobierno regional, casi el 40 por ciento están liderados por mujeres, «por tanto, merecen la pena las medidas que se toman», en palabras de la consejera, que ha abogado por «incorporar el talento de la mitad de la población», y no dejar que «las mochilas del cuidado» las asuman las mujeres prácticamente en soledad, lastrando sus carreras laborales.
Otras políticas de las diferentes consejerías del Gobierno regional enumeradas por la consejera han sido el bono social térmico de Desarrollo Sostenible, del que se benefician en su inmensa mayoría familias ‘monomarentales’; la Ley de Lucha contra la Despoblación de la Vicepresidencia del Gobierno, que garantiza los servicios públicos en los pueblos y que hace posible que las mujeres se puedan quedar en el medio rural; el Estatuto de las Mujeres Rurales de la Consejería de Agricultura o el Plan de Conciliación de la Junta de Comunidades, impulsado desde Hacienda.
En resumen, ha dicho Blanca Fernández, «lo importante es tener clara la convicción, las ideas, los valores y los compromisos», porque es lo que ha hecho que «siendo una de las tierras más humildes, Castilla-La Mancha sea la segunda región con la brecha salarial de España».
Al inicio de su intervención, la consejera ha abogado por «hablar de igualdad porque ahí se sienten reconocidas todas las personas» y ha alertado de los riesgos que corre el feminismo, entre los que ha enumerado las voces que dicen que ya está todo hecho en materia de igualdad.
Por otra parte, Fernández ha destacado el trabajo realizado por todas las personas que trabajan en el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, detallando que a lo largo de esta legislatura el presupuesto de este organismo ha pasado de 20 millones de euros a los casi 50 millones actuales, y ha agradecido a su personal «que echen horas como un reloj para que salgan adelante todos los proyectos que hemos podido poner en marcha». En particular, la consejera ha tenido palabras de reconocimiento para su directora, Pilar Callado, que ha conseguido, entre otros logros, que Castilla-La Mancha haya sido la primera comunidad autónoma en la gestión del Plan Corresponsables.
Para finalizar su intervención, Blanca Fernández ha lanzado la mirada más allá para denunciar la desigualdad que viven las mujeres de otras latitudes, y lo ha hecho de manera simbólica, poniéndose una de las pulseras que vende Gulalai Hotak, jueza del Tribunal Supremo de Afganistán, refugiada en España y represaliada en su país por el hecho de «atreverse a trabajar, a esforzarse y a brillar y a impartir justicia», que fue homenajeada ayer por el Ayuntamiento de Albacete.
«Estas pulseras que vendía ayer para poder dar de comer a su familia, son un símbolo de todo lo que queda por hacer», ha dicho la consejera que, parafraseando a Simone de Beauvoir, ha recordado que cualquier crisis política, económica e incluso religiosa puede hacer que los derechos de las mujeres dejen de existir.
Ante esto, Blanca Fernández ha pedido resistirse con fuerza ante las crisis, las frustraciones, las circunstancias que abonan los discursos negacionistas o las voces que dicen que las mujeres ya han llegado donde tenían que llegar. «Acordaos de esta pulsera y de esta jueza que para mí hoy se convierten en un símbolo de la lucha por la igualdad», ha finalizado.