Este martes varias ciudades han despertado cubiertas de polvo y barro como consecuencia del paso de la borrasca Celia
La borrasca Celia, que entró el domingo por el suroeste, mantiene hoy a once comunidades en aviso por viento, entre las que se encuentra Castilla-La Mancha, en concreto, toda Albacete y Cuenca, que están en aviso amarillo.
Celia nos ha dejado también las tan deseadas lluvia que tanto esperaban, en especial, los agricultores castellanomanchegos. Brumas o nieblas al principio y al final del día en el este de Albacete, sin descartar lluvias débiles y chubascos dispersos, algo más probables en el extremo suroeste de la comunidad.
Estas precipitaciones podrán ir acompañadas de barro por presencia de polvo atmosférico. Las temperaturas máximas ascenderán notablemente en los tercios norte y oeste.
La calima tiñe el cielo de Castilla-La Mancha
Celia está dejando ver un fenómeno muy poco común que tiene que ver con la presencia de polvo en suspensión: en el sur de Castilla-La Mancha la calima ha teñido los cielos de naranja.
Según las previsiones se espera que en las próximas horas siga llegando polvo del Sahara. Este fenómeno no se producía con esta intensidad desde hace varias décadas.
El fenómeno se dirigirá del sur al norte por el este del país, según fuentes de la Asociación de Geógrafos de España (AGE), que explican que el polvo está aprovechando el lado este de la borrasca que se ha formado en el suroeste para ascender hacia Europa occidental.
El paso de la borrasca ha activado durante unas horas el aviso rojo (riesgo extremo) por lluvias de hasta 120 litros por metro cuadrado en Málaga. En Castilla-La Mancha, la previsión es que se produzca lluvia de barro en algunos puntos.
Las precipitaciones se extenderán de sur a norte atravesando Andalucía, este de Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha, sur de Castilla y León y norte y oeste de la Comunidad de Madrid; en el entorno del sistema central podrían acumularse más de 40 litros por metro cuadrado en doce horas.
Otro fenómeno a destacar a lo largo de esta jornada será el viento, que soplara con fuerza en zonas costeras, este peninsular y Baleares con rachas que podrían alcanzar los 70 u 80 kilómetros por hora, provocando un temporal marítimo en el Mediterráneo con olas entre los 3 y 4 metros.
Además, el viento transportará polvo en suspensión del desierto del Sáhara, por lo que las lluvias estarán acompañadas de barro en muchas ocasiones.
El miércoles la borrasca se desplazará hacia el sur de la península y, aunque, ya estará debilitada, condicionará el tiempo en la fachada mediterránea, con fuertes o persistentes lluvias en el sur de la Comunidad Valenciana, en la Región de Murcia, sureste de Castilla-La Mancha y Andalucía oriental.